Cuando, las circunstancias o pasajes de la vida te resulten oscuros, intransitables, te pierdas en laberintos sin salidas. Y todo lo que piensas o haces, no resulte, y sientas en tus espaldas el peso de una cruz pesada, que te va doblando en cada paso (hablo por mi propia experiencia), te sugiero que hagas un parate, respires hondo y escuches con atención, los latidos de tu corazón e intentá relajarte lo más que puedas.
Te confieso que cuando me pintan estas emociones, intento aplicar algo que aprendí en años de buscarme. Empecé a entender que la única salida consiste en conocerme internamente y tratar de cambiar lo que me molesta de mí, claro, primero tengo que tener bien definido mi defecto, espejismo, ilusión o maya (como me enseña mi maestro), y hacer un trabajo de mejoramiento y disipación.
Bueno, tal vez, hoy te resulten difíciles mis palabras, porque en realidad, lo único que tenía pensado, antes de conectarme con Morada, era esta oración que se aplica en casi todos los grupos de autoayuda: "Dios, concédeme la serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar aquellas que puedo y sabiduría para reconocer la diferencia".
_______________un abrazo cariñoso